
24 DE MARZO DE 1976 :Una historia triste, cada vez más difusa para los más jóvenes, muy vívida para los que la protagonizaron, con heridas que no cierran, y una mochila cargada de odios mutuos que no solo mantiene a la argentina anclada en el pasado, sino que además da la sensación de una rotura y decadencia de su ejido social, donde ya no son pocos los que avizoran un futuro desalentador.
(Nota de archivo)
Nuestro pueblo aportó también su cuota de sangre al río artificial creado; el 20 de octubre de 1976 era secuestrado de su casa al obrero Oscar Medina, estaba casado y tenía dos hijas; el 19 de septiembre eran chupados los hermanos Clara y Abel Argento, el 26 de septiembre de 1976 eran detenidos y desaparecidos Miriam Cano, Antonio López, Roberto Devicenzo y Gustavo Bouvier; el 31 de enero eran detenidas, las hermanas Luisa, Teresita y Gladys Marciani, trabajaban en el frigorífico Swift y la Cooperativa, se encontraban embarazadas y parieron estando detenidas, Luisa fue asesinada en la mazmorras del servicio de informaciones de Rosario, junto a ellas se llevaron a sus esposos, hijos y vecinos, diez personas en total; el 25 de febrero de 1977, justo en la fecha del aniversario de la ciudad, los militares intervinieron la Biblioteca Vigil, que se hallaba construyendo un edificio con fines sociales, en las costas del Río Paraná, hoy ese lugar se llama Costa Esperanza. Hubo purgas el frigorífico Swift, despedidos en los talleres Filippini, expropiación de camiones del frigorífico Paladini, enfrentamientos en el barrio talleres, razias en las líneas de colectivo locales; despedidos en Montenegro, detenidos a Coronda, Villa Devoto, para el sur o para el norte. Existen sospechas que en la quinta militar, propiedad del ejército, ubicada al lado del parque sur haya sido un centro clandestino. Los perseguidos eran trabajadores que adherían al partido justicialista, radical, comunista y del PRT. Ni los perros se salvaban, las perreras repletas los amontonaban y los fines de semana eran gaseados.
El 24 de marzo de 1976 en Villa Gobernador Gálvez amaneció, no como un día más, si bien los obreros Siguieron yendo a los frigoríficos, abrió el correo como siempre, el almacén de la calle Filippini también y las amas de casas dispuestas en su quehacer doméstico cotidiano. Pero temprana a la mañana al frente de la columna de camiones militares iba el capitán Carlos Zampieri, se dirigió al edificio municipal, lo mando de vuelta a su casa al por entonces intendente justicialista, Santos Mauro, y a los concejales, luego serían detenidos también. Quedo a cargo como comisionado o interventor hasta el 20 de agosto de ese año.
Luego de las consultas Invisibles y consabidas, ese día, asumió el ex teniente coronel Dardo Darío Rocha y una pléyade de colaboradores impresentables del orden local. Ellos nunca supieron que se trataba o tal vez sí, no sabían que había obreros detenidos y desaparecidos, no sabían que se torturaba o se despedía. Lo importante para ellos en esa hora de la patria, era administrar. En la capilla Nuestra Señora de la Paz de Pueblo Nuevo, se encontraba el sacerdote Eugenio Segundo Zitelli, capellán de la jefatura, que les decía los detenidos, que se torturaba para obtener información. El militar retirado estuvo hasta el 9 de julio de 1983, día de la independencia; ese día lo reemplazó René Adolfo Arpini, quien ocupó ese cargo hasta el 10 de diciembre de 1983; día de los derechos humanos. Asumieron las nuevas autoridades elegidas por el sufragio. Las etnias originarias Guaraníes, Charrúas, Timbúes, Querandíes, los trasplantados Calchaquíes llamaban a estas tierras y las más allende del horizonte, La Tierra Sin Mal, el paraíso no se encontraba arriba, sino al alcance de la mano, de ella vivían. Los inmigrantes españoles, italianos, rusos, polacos, turcos, de toda laya, encontraron en este paraíso su progreso asentado en el trabajo, luego los inmigrantes de Corrientes, Chaco, del litoral buscando trabajo, pelearon su porvenir en La Tierra Sin mal. Villa Gobernador Gálvez o su tierra, cascotes, casas se encuentran allí, la ciudad involucrada en el cordón industrial de Rosario; en un tiempo, el segundo en Sudamérica, permanece invisible a la economía del mismo; la ciudad es solo una gran reserva o reducción de mano de obra.
La concentración de la riqueza instrumentada muestra su faz en las multinacionales instaladas, de la carne, los granos o el jabón. La violencia y el saqueo perpetrado construyeron el despojo que tiene cara de desocupación, yuyales, indiferencia, brucelosis, suicidios de jóvenes, asentamientos precarios, adicción creciente, impunidad.
Las fechas, no pueden convertirse en efemérides ocasionales, no podernos permitirnos verlas en esa clave, las generaciones que nos precedieron pagaron un alto precio por mantener sus interpretaciones, los sueños de una sociedad más justa, con mayores posibilidades para los más desprotegidos, olvidados y para todos, en definitiva, es la esencia viva que proporcionaba el sustento a las etnias, inmigrantes europeos y del país en La tierra Sin Mal.
Horacio Aquino